lunes, 2 de septiembre de 2013

La batalla perdida del marketing independentista


El marketing nos rodea en todo lo que hacemos en nuestra vida diaria, la mayoría de las empresas han detectado que no basta solo con hacer las cosas bien, hay que vender que lo hacemos bien. Aunque es un concepto que proviene del lenguaje empresarial, el marketing ha sido importado a diferentes tipos de colectivos sociales que lo ponen en práctica en la mayoría de sus mensajes. Es la versión moderna de la 'propaganda'.

Hablamos del independentismo catalán. Un concepto muy difícil de vender en el resto de España aunque también en la propia Cataluña por la ruptura que supone. El independentismo catalán hace varios años que dió un giro en su discurso para al menos, ganar de calle, la batalla del marketing.

1. El derecho a decidir


Una expresión que se ha convertido en la bandera de la reivindicación secesionista. Una vieja estrategia muy usada en cualquier tipo de reclamación social, disfrazar la iniciativa como si de un derecho se tratara. Te aseguras una primera victoria porque ¿quién puede estar en contra de un derecho?, si lo estás, automáticamente te conviertes en antidemócrata por no aceptar el "derecho a decidir" de las personas. Y ese derecho, ¿existe en realidad?, ¿es invento del nacionalismo?.

Parece que ya pasó a mejor vida el derecho de autodeterminación que Cataluña exigía. Ese cambio de estrategia se debió a dos motivos fundamentales: Es más díficil entender para el ciudadanos de a pie la autodeterminación que el derecho a decidir, y por otro lado, Cataluña no puede ejercer el derecho de autodeterminación, el cual, está claramente definido por la legislación internacional.

El nacionalismo catalán suele recurrir con frecuencia a la Carta de las Naciones Unidas, ratificada por España y que dice en su artículo 1 que el objetivo de la ONU es:

"Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos"


Es la expresión más cercana al "derecho a decidir" catalán. Todos los pueblos tienen derecho de libre determinación (autodeterminación), una afirmación realizada en el contexto de la finalización de la II Guerra Mundial y con numerosas colonias europeas repartidas por el mundo. ¿Cuales son esos pueblos? La duda es coherente porque no existe nada más subjetivo que el término pueblo, según las Naciones Unidas, si eres pueblo, tienes derecho de libre determinación. ¿Es Cataluña un "pueblo"?

En realidad la ONU matizó bastante este derecho para preservar la integridad de los estados y lo limitó a colonias y territorios ocupados.


2. La secesión del "buen rollo"


Esta estrategia, encabezada por ERC en un primer momento y heredada por CIU (como casi todas las ideas independentistas) busca cambiar la imagen de conflicto que supondría la independencia. Una nueva campaña de marketing en toda regla que busca cambiar la imagen de ruptura con el resto de España. Saben los independentistas de los estrechos lazos que tienen la gran mayoría de los catalanes con el resto de regiones españolas y el miedo a romperlos podría hacerlos estar en contra de la secesión. ¿Solución? "No os preocupéis, que nos seguiremos llevando estupendamente con nuestros vecinos". Una afirmación bastante discutible porque ningún proceso de disgregación de un país se ha realizado de forma no traumática.

3. La creación del mito


Uno de los elementos comunes a todo nacionalismo es la creación de un mito, toda una operación de marketing que lleva haciéndose desde hace décadas. Por todos es conocido la figura de Sabino Arana, el padre de la 'patria vasca' que hace poco más de 100 años creó toda una estructura donde cimentar el nacionalismo vasco, creando por ejemplo la ikurriña para su partido el PNV, y posteriormente adoptada por toda la región. 

El nacionalismo catalán fecha su mito en 1714, fecha de la caída de Barcelona en manos de tropas borbónicas dando concluida la Guerra de Sucesión española. Dicha guerra enfrentó a los Austrias y los Borbones por la corona de España. Gran parte de Cataluña se alineó con el bando que a la postre resultaría perdedor, los Austrias, sufriendo por tanto una represión posterior.

Este punto histórico se ha tomado como referencia para intentar demostrar una especie de invasión española producida desde entonces y se honra la figura de Rafael Casanova, Conseller en Cap de entonces, como héroe de la nación catalana.

Extracto del Bando de Rafael Casanova en 1713

Poco caso le hacen los nacionalistas a las propias palabras de Casanova cuando publicó un bando en la ciudad de Barcelona arengando a las tropas a resistir 'por su Rey y por la libertad de toda España'. Cataluña luchó con fidelidad por el que consideraban el legítimo rey de España, el Archiduque Carlos, cosa que no importa para los que defienden que en 1714 España invadió Cataluña o alguna idiotez semejante.

Para construir la imaginería nacionalista, primero se niega que la autoría del famoso bando fuese obra de Casanova, a pesar de ser uno de los documentos más importantes de la Guerra de Sucesión y después se reescribe la vida y pensamiento del Conseller en Cap, ahora que no está para poder defenderse. Y de esta manera se obtiene un personaje al que honrar cada 11 de septiembre frente a su estatua. 

Un último paso consiste en un pequeño cambio de vocal, y hablar de la Guerra de Secesión. En numerosas ocasiones se le cambia el nombre a la Guerra de Sucesión con una intención muy evidente y nada inocente. Un pequeño juego de letras que han practicado muchos medios catalanes, incluida La Vanguardia. Así se construye independencia.


4. El paralelismo catalán/nacionalista


Esta sí que ha sido una batalla perdida desde el primer momento. Para gran parte de la población española los catalanes son nacionalistas y del Barça, y es muy difícil explicarles que el Parlament Catalán es el parlamento español más plural y con representación de más partidos. ¿Cuantas veces habremos leído en la prensa que populares y socialistas votan una cosa y los catalanes otra? ¿Cómo que los "catalanes"? Catalanes hay en todos los partidos pero esa expresión busca afianzar esa relación directa entre catalanes y nacionalismo.

Medios de comunicación, cartas al director... en muchos lugares se acepta su paralelismo y críticas que deberían ser solo al nacionalismo catalán se convierten en críticas hacia lo catalán por pura inercia.

Cartel electoral de CIU en 2012 y su parecido a Moises

5. La difusión de la catalanofobia


Durante mucho tiempo hemos oído hablar de la catalanofobia y quien más se ha encargado de expandirla ha sido el propio nacionalismo catalán. El problema es que lo han conseguido, mucha (demasiada) gente insulta a la lengua catalana a pesar de ser tan española como el castellano. Que el nacionalismo se haya apropiado del catalán no es motivo de exclusión nacional, en un país pueden convivir varios idiomas que solo pueden enriquecer. Aunque mucha gente no sea capaz de entenderlo existen muchos catalanohablantes que no son independentistas y castellanohablantes que sí lo son. No existe una relación directa entre la lengua y el nacionalismo y si existe es porque ellos se han encargado de construirla. Cada vez que alguien insulta a la lengua catalana un nacionalista esboza una sonrisa porque les estamos brindando en bandeja sus propios motivos.

El marketing independentista dispone que miles de seguidores trabajando cada segundo por su causa y miles de personas en el resto de España realizando el juego sucio que solo beneficia al separatismo.

6. La bandera

Cataluña dispone de una bandera con siglos de historia, la Senyera, que representa a la antigua Corona de Aragón, una bandera fundamental para la historia de España hasta el punto que aparece en nuestro escudo. La Senyera representa la democracia catalana y aún así han decidido sustituirla progresivamente por la estelada, una bandera creada a principios del XX (momento de eclosión de los nacionalismos) por Vicenç Albert Ballester e inspirada en la bandera cubana tras una visita al país caribeño. No es broma, muchos catalanes prefieren a esa copia de la bandera cubana que a su Senyera de siglos de historia. 

Diada de 1977

Es cuestión comercial, el nacionalismos debe ser defendido bajo una bandera y un idioma para ser fuerte, cosa que han tenido muy claro desde el nacionalismo catalán al ir introduciéndola poco a poco para estar presente en la vida social catalana e incluso en edificios públicos. Nada queda de esa Diada democrática de 1977 en la que se celebraba la vuelta del autogobierno a Cataluña y muchos catalanes se manifestaban bajo la Senyera.

7. Catalonia, la internacionalización


El separatismo descubrió hace bien poco que sin apoyo internacional no tenían nada que hacer en esta época de domino americano y de la UE. Desde ese momento no hay manifestación independentista que se precie que no aparezca un cartel con el lema "Catalonia is not Spain".

Deporte y política de la mano

Lo más curioso del asunto es que el nacionalismo catalán siempre ha insistido mucho en llamar 'Catalunya' a su comunidad autónoma, ya que, según dicen es su nombre oficial y debe usarse ya se hable en catalán o en castellano. Se indignan los nacionalistas cuando nos referimos a sus ciudades como Lérida y Gerona mientras que ellos pueden hablar de Saragossa o del Rey Joan Carles. El criterio lingüistico nacionalista es nulo cuando deciden abandonar su querida 'Catalunya' por el internacional 'Catalonia'.

La razón es bien sencilla y por motivos de marketing. Usando Catalonia llegan a más gente y no hay que iniciar una campaña para explicar que Catalonia es lo mismo que Catalunya, una nueva jugada comercial.

8. Madrid, las personalización del enemigo


La mejor manera de sacar a fluir el sentimentalismo más patrio es cultivar la figura del enemigo, algo que han sabido todos los nacionalismos desde hace siglos. Madrid, como personificación del "Estado opresor" se ha convertido en el centro de todas las dianas nacionalistas al que recurrir cuando las cosas no van bien: la constante comparación con Madrid, como ese interminable partido de fútbol que nunca acaba. En numerosas ocasiones dicen los nacionalistas que las cosas de Cataluña no pueden decidirse desde Madrid. Olvidan, con premeditación, que la figura de la capitalidad es la misma a todos los niveles y que las cosas de Tarragona, se deciden en Barcelona. Y si bajamos a la escala municipal, igual. ¿Saben los nacionalistas que muchas de sus "cosas" se deciden, no solo en Madrid, sino en Bruselas?

Se quejan los nacionalistas de las inversiones de infraestructuras en Madrid comparadas con Barcelona, en un año en el que Cataluña se ha convertido en la primera Comunidad Autónoma española con todas sus capitales unidas por líneas de Alta Velocidad. Resulta curioso que en una época en la que a cada momento más soberanías son cedidas a la Unión Europea exista una región que siga el proceso inverso. Cataluña quiere gestionar sus impuestos, lo que no saben (o no quieren saber) es que en un futuro cercano puede que ni siquiera España gestione sus propios impuestos.

9 ...nos ganan la batalla


El caldo de cultivo les es propicio, la crisis, la decadencia de las instituciones, 3 décadas de niños educados en el independentismo, el aniversario de su mito y una orquestada operación de marketing con ingentes cantidades de dinero público con un fin muy claro. Saben que es su momento y además aprovechan la tibieza de un Gobierno español al que le crecen todos los enanos y no es capaz de controlar ninguno.

Trabajos escolares sobre una Cataluña independiente

La solución es fácil pero ningún político se atreverá a jugársela: 

1. Reunión Estado - Comunidad Autónoma para fijar los costes y condiciones de la separación, un primer punto en el que el nacionalismo flaqueará al heredar su deuda correspondiente a la deuda total del Estado que corresponde a cada uno de sus ciudadanos.

2. Convocar un referendum o consulta legal. Es muy fácil, solo hace falta tener autorización del Estado y si queremos ser compatibles con la Constitución basta con realizar una pregunta del tipo "¿Está de acuerdo conque Cataluña use todos los recursos legales para proceder a una separación de España?". Solo se busca conocer la voluntad de los ciudadanos.

3. Comienzo de campaña electoral. Existe un problema en Cataluña y es que solo alza la voz el sector independentista. Otro galllo cantaría si viesen el peligro bien cerca y tuviesen que tomar partido, se acabarían las medias tintas. Las grandes empresas catalanas con negocio en toda España tendrían que ponerse las pilas para no perder la cuota de mercado ya que La Caixa, por ejemplo, aspiraría a tener en España los mismos clientes que Deutsche Bank.

4. Resultados. Previamente se habría pactado qué hacer tras los resultados. Un resultado favorable a la secesión iniciaría los trámites y negociaciones para salir de España, un resultado desfavorable garantizaría tener callados a los nacionalistas durante los siguientes 20 años, al menos.

Con la idependencia también se hace negocio

¿De verdad tendría sentido que Cataluña siguiese dentro de España si mayoritariamente apoyasen abandonarla?

Un solo riesgo tenemos, los nacionalismos son insaciables y expansionistas, recordemos que el separatismo catalán reclama como suyo toda región donde se hable algo de catalán, incluido el sur de Francia. Algún día nos explicarán por qué en la Comunidad Valenciana se habla catalán y por qué no se habla valenciano en Cataluña.

Son muchos los catalanes que están 'dentro del armario' y que no quieren ser condenado al ostracismo por una clase dominante que impone normas y traza una raya de lo democrático tras la que sólo están ellos. No debemos abandonar nunca a esos catalanes que no se pronuncian por miedo al rechazo. 

Solo nos queda seguir luchando por una España unida y solidaria entre sus regiones. Usaremos todos los medios legales disponibles y siempre respetando, no caigamos en su juego.

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